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España: pediatras suscriben decálogo para prevenir la obesidad infantil y el sobrepeso


La obesidad es mucho más que un problema estético. Es un problema de salud y, “de hecho, es un problema de salud pública”, asegura el Dr. José Messino, pediatra y cardiólogo de Grupo Policlínica. “España es el tercer país en Europa con mayor sobrepeso y obesidad infantil”. No se está tratando como una epidemia, a pesar de que “estamos hablando de un 25% de obesidad tanto de niños como adolescentes”, según datos extraídos de la prestigiosa revista especializada Lancet.


“No se está considerando como una epidemia porque realmente solo empezamos a valorar las consecuencias de este problema cuando el niño se hace adulto y empiezan a aparecer los problemas de diabetes, problemas endocrinos, el síndrome metabólico... una serie de patologías que probablemente no se manifiestan en infantil, pero sí en adultos cada vez más jóvenes”.


La realidad es que muchas de esas patologías se manifiestan ya, en muchos casos, en la propia infancia. “Sobre todo el síndrome metabólico ya lo tenemos presente en niños y adolescentes”, indica el doctor. “El síndrome metabólico es casi un estado pre-diabético” en el que el niño ya tiene niveles de azúcar elevados en sangre “y cada vez es más prevalente en la infancia y la adolescencia”. Y a esos problemas de salud física, hay que sumar los de salud mental, “todo lo que implica psicológicamente a un niño con sobrepeso en el colegio, en su entorno”.


¿Es posible evitar la obesidad infantil?


Se puede evitar la obesidad infantil, pero “se debe manejar de una forma más global, involucrando a toda la familia”. En primer lugar, “debemos tratar a la obesidad como una enfermedad que no solo depende del niño, depende de la familia, porque en las familias en las que los dos padres son obesos, el niño va a tener el 80% de probabilidades de ser obeso”, asegura el pediatra. “Y si nos vamos al otro extremo, a las familias en las que los padres no tienen ni sobrepeso ni obesidad, la posibilidad de que el niño sea obeso baja a un 15%”.


De esta realidad parten las premisas del decálogo elaborado por el Dr. Messino y otros compañeros de Policlínica para evitar la obesidad infantil:


1. Educación alimentaria. La piedra angular para evitar la obesidad infantil es “la educación alimentaria”. Y debe comenzar a una edad tan temprana como “el primer año de vida, desde que se empieza la introducción de alimentos diferentes a los lácteos”. Desde el comienzo mismo, por tanto, de la alimentación complementaria, “debemos incluir progresivamente la proporción adecuada de frutas, verduras...”.


2. Implicar al niño en el cuidado de su alimentación. Es habitual que “el niño empiece a ser muy selectivo a partir de los tres cuatro años”; en este punto es muy importante que los padres “no terminamos cediendo a que él o ella solo coma lo que le apetece, sino que tenemos que mantener ese proceso educativo para lograr tener un niño mayor o un adolescente que pueda comer de los grupos alimentarios diferentes en las proporciones adecuadas, sin exceso de carbohidratos y sin exceso de grasas, incluyendo frutas y verduras”.


3. Limitar el tiempo que el niño pasa ante el televisor o la videoconsola. Para seguir un estilo de vida saludable, una de las primeras pautas a llevar a cabo es evitar el sedentarismo. Y lo menores pasan demasiado tiempo sentados tanto en el aula como en casa, estudiando. Así, para evitar la obesidad y por otras muchas causas, se hace imprescindible limitar el tiempo que los niños pasan delante de una pantalla.


4. Motivar al niño para que practique algún deporte o actividad física. Para llevar un estilo de vida saludable, es importante fomentar la actividad de algún deporte. Se considera, además, que los niños menores de 6 años deberían tener unas 3 horas al día de actividades físicas de diferente intensidad, y los niños y adolescentes de 6 a 17 años, al menos 60 minutos diarios.


5. Llevarlo al parque para que juegue con otros niños. Favorecerá tanto la actividad física como las habilidades sociales, que también desempeñan un papel importante de cara a evitar la obesidad infantil.


6. Planificar el ocio familiar de fin de semana. Será de gran ayuda para evitar el exceso de pantallas y además se pueden planificar incluyendo la realización de alguna actividad física en la que participen los más pequeños.


7. Llenar la nevera o la despensa de alimentos frescos y saludables. Un truco casi infalible para evitar que el niño coma alimentos poco adecuados. Si no están en casa, le resultará mucho más difícil acceder a ellos.


8. Planificar los menús de las comidas. Es fundamental para asegurarnos de la presencia y la proporción adecuada de los diferentes grupos de alimentos. Al cocinarlos, la mejor opción es utilizar técnicas de cocción saludables: al vapor, plancha, horno, wok, etc.


9. Procurar que el niño realice cinco comidas al día, siendo el desayuno una de las más importantes desde el punto de vista energético. Hay que tratar de que en el desayuno “se mantenga la proporción de los carbohidratos porque van a ser el combustible de más rápida utilización, lo que incluye también proteínas”. Lo recomendable es que “incluyamos en el desayuno frutas, yogures... que no nos quedemos solo con cereales, que son básicamente carbohidratos”.


10. Evitar los refrescos gaseosos y azucarados, así como las bebidas isotónicas. Sabemos que son especialmente perjudiciales a edades tempranas y, además, el mejor refresco es un vaso de agua o leche.


Hola/17 de mayo 2023

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